El Ser humano ha creado un mundo paralelo al mundo animal. Aquél mundo es el mundo cultural, donde vive y se forma el hombre. Cada cultura tiene símbolos, sistema de valores y conductas propias con que actúan en el mundo y en todas las esferas de la vida el hombre en comunidad. Surge el problema cuando se valoran culturas extrañas a las propias, ensalzándolas y subordinando la personalidad ante aquellas. La cultura de los pueblos de América del Sur son culturas de paz, de armonía con la naturaleza, cultura de unidad y de guerra por defensa de nuestra soberanía y nuestros recursos naturals; de gente sencilla que hace cosas extraordinarias. La promoción mediática de los medios de derecha patrocina modelos a seguir, y en su promoción encontramos la cultura homogenizante de los países europeos o el estadounidense. Esto es un grave problema porque nos imponen modelos de la cultura globalizadora, de consumo, donde se valora al cuerpo y no al corazón; donde predomina el dinero y no la estética; donde se adora al mito y no a la verdad. Gran desafío tenemos dentro de este mundo capitalista en crisis, donde el mayor peso recae sobre los hombros de los trabajadores. Y al rabajador lo han desvalorizado. Y el valor moral pierde sentido. Defender la cultura de nuestros pueblos es una prioridad y un desafío. La alienación se la combate con la decisión de enfrentar a la cultura capitalista en todos los terrenos y en todos los niveles de lucha social.
