domingo, 11 de julio de 2010

Mujer Entre Azules ( I PARTE)

Alguna vez estuve tan solo compartiendo con un vino momentos lejanos que de a poco iba olvidando. De pronto recibí un a llamada de ella. La estaba esperando con ansias, peero no me precipité en contestar. Dejé que suene el teléfono algunas veces... No podía ser otra persona mas que ella. Siempre me llamaba cuando estaba sola y yo sabía de su soledad. Y no podía ser de otra manera, pues yo estaba lejos. En un segundo pensé en la tristeza y soledad y vinieron a mi mente los colores fríos. Los azules grises me entusiasmaron de manera enfermiza, tanto que resté importancia a la llamada y cuando volví en mí el teléfono había dejado de sonar. Decidí salir a donde sé que la encontraría. Un bar me abría las puertas invitándome a entrar. Fui por ella, la vi tan calmada en medio de sus mil disgustos. La llevé al bar y bebimos algo. No era difícil construir una alegría en su rostro. Logré que me perdonara la tardanza. Al verla me excitaba su manera de ser. Tenía una manera de disgustarse que me procuraba darle esos altibajos en sus ánimos.
A lo nuestro. Esa mañana nos encontraamos con una misión en específico. Iba yo a pintarla y no era de cualquier forma. Ella me exigía hace algún tiempo que la pinte desnuda y yo consentí... Simulé ser todo un experto y profesiional. Días atrás pensaba ese deseo de exhibir la piel como lo tienen algunas personas. Leí artículos y descubrí que todos tenemos una tendencia exhibicionista. Yo no me atrevía a hacerlo, pero en diferentes episodios de mi juventud lo pensé y muchas veces.
Ella me miraba mientras se desvestía. Pensaba obsesionadamente en los colores azules. Disponía de 4 horas que era lo alquilado en el hotel 4 estrellas. Trataba de controlar mis instintos. Sabía que mi ccuerpo no se atrevería a poseerla, pero no sucedía lo mismo con mis deseos. Era tan bella que un haz de luz resaltaba su delgado y largo cuello. Ya estaba lista esperaaba miss indicaciones para posar en la cama...